Sistema de crédito social chino

El gobierno chino continúa desarrollando su “sistema de crédito social” (SCS) destinado a monitorear y mejorar el comportamiento de los ciudadanos (Kuo, 2019). El sistema funciona como un conjunto de mecanismos que proporcionan recompensas y castigos de acuerdo con comportamientos específicos. Agrega datos de diversos ámbitos, que cubren la conducta económica, social y política. Los malos comportamientos penalizan a los individuos disminuyendo su crédito, lo que a su vez puede ponerlos en la lista negra de actividades como la compra de billetes de transporte para aviones o trenes (ibid). Los malos comportamientos pueden incluir cualquier cosa, desde ser sorprendido consumiendo sustancias hasta no pagar los préstamos.

El Centro Nacional de Información de Crédito Público ha revelado que, a finales de 2018, los tribunales chinos habían prohibido a los ciudadanos chinos comprar boletos de avión unas 17,5 millones de veces. El sistema, actualmente en fase piloto, también ofrece recompensas para aumentar la confiabilidad y la integridad en toda la sociedad. Para 2020, el gobierno espera haber desplegado completamente el sistema obligatorio en todo el país (Ma, 2018).

Además de violar los derechos humanos a la privacidad o la libertad, el sistema ha sido cuestionado por su exactitud. El SCS ha llevado a muchos falsos positivos. Como por ejemplo el siguiente:

Liu Hu es periodista en China y escribe sobre censura y corrupción gubernamental. Debido a su trabajo, Liu ha sido arrestado y multado, y puesto en la lista negra. Liu descubrió que estaba incluido en una Lista de Personas Deshonestas Sujetas a la Aplicación de la Ley por el Tribunal Supremo Popular como “no cualificado” para la compra de un billete de avión, y se le prohibió viajar por algunas líneas de tren, comprar propiedades o pedir un préstamo.

“No había ningún archivo, ni orden policial, ni notificación previa oficial. Simplemente me han apartado de las cosas a las que una vez tuve derecho”, dijo a The Globe and Mail. “Lo que realmente da miedo es que no hay nada que puedas hacer al respecto. No puedes informar a nadie. Estás atrapado en el medio de la nada”. (Kuo, 2019).

Algunos ciudadanos han expresado reiteradamente su preocupación por la injusticia de los métodos de puntuación, por ejemplo, la dificultad de restablecer el crédito y el juicio entre pares de las puntuaciones. Se ha informado de que las puntuaciones de crédito social bajas pueden causar daño a los ciudadanos a pesar del hecho de que “las dificultades personales, la acumulación de deudas debido a enfermedades y otras razones familiares pueden resultar en una puntuación de crédito social bajo”. Otros han expresado su preocupación de que el sistema de puntuación puede no aplicarse a todos por igual porque “las personas en posiciones poderosas de responsabilidad podrían escapar de los castigos”. (Kostka, 2018)

Además de evitar que nueve millones de personas con “puntuaciones bajas” compren vuelos nacionales, el sistema se ha utilizado para prohibir que las personas y sus hijos vayan a determinadas escuelas, alquilen hoteles, utilicen tarjetas de crédito y puedan conseguir empleo. El sistema también se ha utilizado para calificar a los individuos por sus hábitos en Internet, como pasar demasiado tiempo jugando a los videojuegos, gastar dinero en compras “frívolas” y publicar demasiado en los medios sociales (Ma, 2018).