El software de análisis de video ofrece procesar algorítmicamente las imágenes de las cámaras corporales de la policía para clasificar comportamientos e identificar sospechosos en tiempo real (Díaz, 2019). Estos sistemas de inteligencia artificial y software de reconocimiento de objetos implementados por la policía de Nueva York han sido promovidos como soluciones para resolver problemas sistémicos de responsabilidad por la brutalidad policial. Sin embargo, tienen su propio conjunto de problemas, como el riesgo de falsos positivos, el enfriamiento de la libertad de expresión y los derechos de privacidad, y el prejuicio racial (ibid).
Según el informe de la Facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York, los encuestados fueron en gran medida favorables al despliegue de cámaras corporales, aunque con ciertas restricciones. Los ciudadanos han pedido a los agentes de policía que notifiquen a las personas cuando las cámaras están grabando, y estandarizar una forma para que el público acceda a los archivos de video (ibid).
El despliegue de esta tecnología parece estar acelerándose últimamente. La Oficina de Asistencia Judicial del Departamento de Justicia de los Estados Unidos ha encontrado evidencias de que las cámaras corporales reducen el número de quejas de los miembros de la comunidad y se correlacionan con una reducción en el uso de la fuerza por parte de los agentes de policía. En 2018, la policía de Nueva York anunció que todos los policías que pertenezcan al cuerpo estarán equipados con una cámara corporal (Cherelus, 2018). Parece probable que la tendencia continúe a pesar de un incidente reciente en el que una cámara corporal estalló en llamas, lo que provocó que la policía de Nueva York retirara unas 3.000 cámaras corporales (Grayce, 2018).
